1) El pecado del pensamiento
El acto de pensar dispara un proceso caótico en nuestro cerebro. Las emociones son parte de cada reflexión que realizamos en todas nuestras acciones.
Los modelos previos que tenemos adquiridos nos ayudan a darle sentido a nuestro proceso de pensamiento a la vez que nos limitan frente a nuevas ideas que pudieren existir. Entonces debemos estudiar e incorporar nuevos modelos y desaprender algunos cuando su rigidez nos limita por completo.
La aplicación de la analogía sirve a la implementación de modelos ya almacenados en nuestra mente mas es muy difícil saber cuando los puntos en común entre la posición que debemos analizar y aquella que traemos a colación son realmente concordantes.
Rowson recomienda pensar menos y sentir más, haciendo un uso constante de la intuición.
La visión de los maestros se destaca en la selectividad de lo que analizan por sobre la cantidad de información disponible en las sesenta y cuatro casillas: no ven mucho más que el aficionado pero sí estudian lo más relevante de la posición que se les plantea ante sus sentidos. Tienen un poder de abstracción de la imagen visual y de evaluación de los elementos importante de la posición muy superior.
El pensamiento tiene un alto contenido emocional y en ciertas ocasiones tenemos un choque de principios en nuestro cerebro: la pelea entre lo que quiero mover (siento) y aquello que creo debería realizar (pienso). Todo pensamiento en ajedrez es evaluativo pero ello no quita su aspecto subjetivo.
Los grandes jugadores siguen el curso de los valores que tienen incorporados (eso con una adición de evaluación y cálculo) como si se dejaran llevar por la corriente de un río. Dentro de ese proceso hay un inconsciente que no para de trabajar, es por ello que, hay jugadas inesperadas que surgen de la "nada" y que uno no cree haberlas visto antes a nivel consciente pero estaban instaladas ya a nivel subconsciente.
Rowson recomienda "hablar con sus piezas" o sea preguntarles como se sienten y hacia donde podrían evolucionar. Es una idea figurada que se relaciona con el principio más objetivo de la pieza peor colocada de Kosikov. Su meta es pensar de manera más flexible y desapegada a los conceptos ya incorporados.
La práctica del golpe de vista y la confección de bosquejos posicionales ayudan a desarrollar la intuición y a tener un arsenal de recursos más extensos a la hora de recurrir a la analogía. Tal vez tenga razón el GM rumano Suba: "En ajedrez, la regla de oro es que, no hay regla de oro".
Ahora ¡cuidado! muchas veces pero no siempre las experiencias pasadas ayudan a resolver las presentes.
Demasiadas cosas se pretenden acaparar apenas uno empieza a pensar y eso es de malabaristas dice Del Bono. Por eso suele reinar la confusión.
Si una jugada te parece correcta y ya la has analizado ¡hazla! No busques más justificaciones o conceptos que refuercen tu parecer.
El humor tiene la capacidad de sorprender, en el ajedrez, se busca lo mismo. Sobre el tablero se quiere tomar por sorpresa al rival, en nuestros pensamientos sorprendernos con nuevas ideas es una hermosa sensación, significa como "salta fuera del sistema" e ir por nuevos caminos. Todo ello nos suele ocasionar sumo placer aparte de orientarnos hacia nuevos progresos.
Los modelos previos que tenemos adquiridos nos ayudan a darle sentido a nuestro proceso de pensamiento a la vez que nos limitan frente a nuevas ideas que pudieren existir. Entonces debemos estudiar e incorporar nuevos modelos y desaprender algunos cuando su rigidez nos limita por completo.
La aplicación de la analogía sirve a la implementación de modelos ya almacenados en nuestra mente mas es muy difícil saber cuando los puntos en común entre la posición que debemos analizar y aquella que traemos a colación son realmente concordantes.
Rowson recomienda pensar menos y sentir más, haciendo un uso constante de la intuición.
La visión de los maestros se destaca en la selectividad de lo que analizan por sobre la cantidad de información disponible en las sesenta y cuatro casillas: no ven mucho más que el aficionado pero sí estudian lo más relevante de la posición que se les plantea ante sus sentidos. Tienen un poder de abstracción de la imagen visual y de evaluación de los elementos importante de la posición muy superior.
El pensamiento tiene un alto contenido emocional y en ciertas ocasiones tenemos un choque de principios en nuestro cerebro: la pelea entre lo que quiero mover (siento) y aquello que creo debería realizar (pienso). Todo pensamiento en ajedrez es evaluativo pero ello no quita su aspecto subjetivo.
Los grandes jugadores siguen el curso de los valores que tienen incorporados (eso con una adición de evaluación y cálculo) como si se dejaran llevar por la corriente de un río. Dentro de ese proceso hay un inconsciente que no para de trabajar, es por ello que, hay jugadas inesperadas que surgen de la "nada" y que uno no cree haberlas visto antes a nivel consciente pero estaban instaladas ya a nivel subconsciente.
Rowson recomienda "hablar con sus piezas" o sea preguntarles como se sienten y hacia donde podrían evolucionar. Es una idea figurada que se relaciona con el principio más objetivo de la pieza peor colocada de Kosikov. Su meta es pensar de manera más flexible y desapegada a los conceptos ya incorporados.
La práctica del golpe de vista y la confección de bosquejos posicionales ayudan a desarrollar la intuición y a tener un arsenal de recursos más extensos a la hora de recurrir a la analogía. Tal vez tenga razón el GM rumano Suba: "En ajedrez, la regla de oro es que, no hay regla de oro".
Ahora ¡cuidado! muchas veces pero no siempre las experiencias pasadas ayudan a resolver las presentes.
Demasiadas cosas se pretenden acaparar apenas uno empieza a pensar y eso es de malabaristas dice Del Bono. Por eso suele reinar la confusión.
Si una jugada te parece correcta y ya la has analizado ¡hazla! No busques más justificaciones o conceptos que refuercen tu parecer.
El humor tiene la capacidad de sorprender, en el ajedrez, se busca lo mismo. Sobre el tablero se quiere tomar por sorpresa al rival, en nuestros pensamientos sorprendernos con nuevas ideas es una hermosa sensación, significa como "salta fuera del sistema" e ir por nuevos caminos. Todo ello nos suele ocasionar sumo placer aparte de orientarnos hacia nuevos progresos.
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