lunes, 31 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto VI

6) El pecado del perfeccionismo
Esta falla radica en pretender encontrar en cada jugada al mejor movimiento. Además se intenta jugar en el estilo del jugador que idealizan.
Rowson se centra en tres aspectos del perfeccionismo:
a) El moralista (que intenta castigar los errores del oponente).
Intentar refutar al rival no es mala idea si hay motivos tácticos o estratégicos para ello mas tener una fijación con ese tipo de castigos suele desviarnos de la dosis de objetividad que deberíamos tener en cada juego.
No busque castigar a su oponente en un juego plagado de yerros como suele ser el ajedrez. Intente superarlo desde una perspectiva intersubjetiva pero no como un maestro que le brinda cátedra.

b) El imitador de crímenes (que trata de emular a otra jugador).
El tema surge cuando se quiere hacer movidas "como Tal o Petrosian" creyendo que ellos jugarían de la forma que nosotros imaginamos. Lo que suele suceder es que hay una evocación de esos fuertes maestros pero no una correlación entre sus jugadas típicas que ellos solían hacer y la posición que tenemos ahora.

c) El ansioso de mermelada (que exige demasiado de la posición).
"Tienes el pan, tienes la mantequilla ¿y quieres la mermelada?" GM Julian Hodgson.
Pedirle más a una posición superior pero aún no ganadora puede significar forzarla y malograrla. Hay que tener mucho cuidado con ello e ir conduciendo y disfrutando la ventaja de a poco, sin querer tener todo ya.

Estos problemas son parte del perfeccionismo pero el principal mal de este pecado son los apuros de tiempo.

Las causas del apuro de tiempo y algunas soluciones
El reloj es parte esencial del juego y no debemos olvidarnos de él.
1) La complejidad de la partida
A mayor complejidad más uso del tiempo pero para que ello no sea grave debe usarse la intuición para la toma de decisiones.
2) Apuros de tiempo deliberados
Se da cuando uno tiene una peor posición y busca quedarse apurado pero ello puede dar resultado solamente si su rival es inexperto o no sabe actuar en este tipo de situaciones. No es recomendable proceder así ya que, si su rival agudiza el juego en medio de su apuro de tiempo, las cosas irán mal para usted.
3) Deficiente preparación teórica Hay que elegir bien y conocer en profundidad las aperturas que jugamos para no caer en problemas de reloj. Trate de limitarse en cuanto al tiempo consumido en las primeras quince o veinte jugadas diría yo (Rowson habla de hacer al menos diez en menos de media hora).
4) Falta de práctica
Cuando nos falta tablero debemos jugar partidas de entrenamiento, blitz con un programa informático duro y/o resolver problemas tácticos para entrar en forma. Aunque según el MI Jonathan Parker caer en apremios de reloj es la mejor forma de curar el desentrenamiento ya que te obliga a jugar en base a capacidad de evaluación y la experiencia. Una idea loca pero atendible.
5) Dudas acerca del análisis
No tema a equivocarse, tenga confianza y no piense por temor a cometer yerros. Libérese de ese temor y juegue sin complejos.
6) Miedo al oponente
No tema al rival ni vea fantasmas. Sepa sus puntos fuertes y débiles y piense que por cada jugada de él habrá una suya para rebatirle.
7) Partida crucial con tensión extra
Intente hacer una visualización previa del combate y prepárese psicológicamente para que el grado de compromiso de la partida. Si las cosas se desarrrollan como las ha pensado mejor y si no una luz roja de alarma le advertirá que debe estar muy atento porque los carriles por los que anda la partida no son los previstos.
8) Pensamientos que consumen tiempo
Hay que mirar para adelante y no perder tiempo con nuestro reloj en marcha sobre que hubiera sucedido si la jugada propia o ajena podría haber sido otra. Hay que analizar la posición actual y ser consciente que eso es lo más constructivo para obtener un buen resultado.
9) Miedo a lo desconocido
Lo que no se conoce crea incertidumbre pero uno debe confiar en su ingenio y en su comprensión global de la posición. Nuevos territorios han de generar otros conocimientos y ese es un buen argumento para no tener temor.
10) Atracción por posiciones complejas
Sumergirse en las complejidades insume tiempo pero en estos casos, aparte de confianza, se debe creer en la intuición a la hora de tomar decisiones.
11) Indecisión general
Recapacite al perder tiempo en vacilaciones con respecto a la necesidad del mismo en instancias posteriores y tal vez más complejas del juego. Busque solucionar los problemas de la posición calculando hasta donde pueda y si ello es imposible base su próxima jugada en la intuición.
12) Excesiva atención al detalle
Los pequeños detalles suman pero no se puede estar atento a todos si ello lleva preciosos minutos del reloj. Sea práctico: necesitará esos minutos más tarde en posiciones donde la precisión será una necesidad.
13) Provisión de excusas
El apuro de tiempo no debería ser una excusa y no hay que apiadarse de uno mismo por ello ya que no es una buena actitud humana ni competitiva.
14) Paseos al exterior
No camine mucho, levántese poco y busque adivinar cuando ha de pensar bastante su adversario. Hay que esforzarse más ante el tablero.
15) Reflexiones profundas
Pensar mucho tiempo suele llevar a la confusión más que a mayor profundidad. Edward de Bono dice que hay una naturaleza unitaria de la atención, por ende, si se estudian varias jugadas o ideas en simultáneo una sola tendrá preponderancia en nuestra mente y las otras se alinearán detrás de ella o solamente servirán de estorbo. Identifique los momentos críticos y ellos busque profundidad ya que son cruciales para el desenlace del juego.
16) Llegar tarde a la partida
Aparte de perder minutos de su reloj implica desconcentrarse respecto al juego en si ya que se piensa en llegar antes que en lo que se va a jugar. Llegando temprano o en hora la adrenalina se usa para "meterse en la partida" en el caso de hacerlo tarde se utiliza para pensar en la llegada a la sala de juego.
17) Incapacidad de utilizar debidamente el tiempo del rival
Si se está concentrado se puede aprovechar mientras piensa el adversario para calcular posibles variantes (ante una posición aguda) o futuros planes (ante una situación cerrada). Eso suma entendimiento de la posición y seguridad para afrontar los próximos movimientos.
18) Llamar la atención
No intente llamar la atención con sus apuros de tiempo, busque otras manera si es que necesita "figurar" ante los demás. Desde ya que la partida de ajedrez es una forma de mostrarse pero los apremios de reloj suelen arruinar lo bueno que uno podría producir sobre el tablero.

El pragmatismo es necesario si se quiere obtener mejores resultados (aunque se pierda un poco de creatividad en su juego). En la apertura sea práctica y disimule si se encuentra sorprendido: pensar mucho en las primeras jugadas hace perder preciosos minutos necesarios luego y da una señal de su desorientación ante lo que está pasando.
Ante cambios en la estructura de peones o de piezas debe echar una mirada fresca a la posición y revalorarla; es probable que entonces el pragmatismo deba ser dejado de lado.
La confianza es una prioridad para emprender cualquier empresa y no hay que ser tan exigente con nuestras jugadas. Se debe confiar en ellas y en nuestro entendimiento global del ajedrez. La confianza propia se base en que uno es consciente de que cometerá errores pero, pese a ellos, habrá de realizar una buena partida.
Cuando las dudas y la falta de fe nos aquejan mucho entonces pueden transformarse en especies de emociones negativas que manchen nuestro nivel ajedrecístico. Si las emociones que desata una intensa partida lo están haciendo perder la cabeza, busque de levantarse o tomar algo, para volver a centrarse y recuperar la sensibilidad normal ante semejante situación.
No hay persona que no sufra de cierta dosis de perfeccionismo en alguna de sus manifestaciones pero lo clave es analizarlo e intentar no repetirlo.
La confianza empuja a todo, por ello, hay que anteponerla a cualquier otro sentimiento.
Justificar a ambos lados

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alejo, que bueno tu blog!
El libro de Rowson esta realmente interesante.
Me gusta como trata el tema de la intuición en la toma de decisiones. Y cuando escribe sobre la confianza en uno mismo, y sobre la lucha psicológica, y sobre el miedo a lo desconocido, y sobre la utilización del tiempo,...
Si parece que estuviera escribiendo sobre la vida misma!
Nos obliga a mirarnos hacia adentro. Nos saca una radiografía de la mente, nos pone al descubierto nuestro caracter.
Sus "tips" son muy instructivos, orientados a quienes consideran el resultado deportivo lo más importante.
Un saludo desde la patagonia!
Daniel Lorelli.