martes, 23 de noviembre de 2010

Ajedrez Deseado

Cada viaje es una nueva aventura ¿cómo saldrá? ¿la gente quedará conforme con mis charlas? ¿podré ser claro en mi exposición? y más dudas vienen a mi cabeza mientras voy haciendo la travesía.
En Puerto Deseado, gracias a Hugo Gandolfo, Esteban Mazzucco y todo un equipo detrás las cosas salieron muy bien.


Paso a mostrarles el exigente programa para aprovechar integralmente los tres días de labor allí.

PROGRAMA AJEDREZ - PUERTO DESEADO 2010

VIERNES 12:
Aprox. 15.00 hs: Llegada a Puerto Deseado - Instalación en el Hotel Bandurrias.
17.30 hs: Clase de manejo de Chessbase e Internet a todos los participantes (familiarización de su uso)


21 hs: Cena en el restaurant Lo de Armando.
23 hs: Partida de entrenamiento en equipos (investigación teórica, análisis).


SABADO 13:
10 hs: Actividad de acierto de jugadas con premiación.


13 hs: Almuerzo en Lo de Armando y descanso.
16 hs: Presentación de Ajedrez Gigante en la calle, con partida a ciegas vs. Marcelo Anacaya, Campeón Deseadense Juvenil.


A continuación: simultáneas en la vereda.


21 hs: Cena en Lo de Armando.
23 hs: Charla técnica sobre aperturas/estilos de juego

DOMINGO 14:
Paseo con Gandolfo y su divina hijita Ariana por la ría y todos los lugares hermosos de la ciudad y las afueras.
12 hs: Gran asado con Gandolfo, Mazzuco, Arce, Elhares, García y señora.
16 hs: Conferencia sobre estrategia/técnica de finales con torneo blitz final. Cierre



21.30 hs: Cena en la casa de Mazzuco con su familia y Hugo Gandolfo.

LUNES 15:
Recorrida final con Hugo Gandolfo para sacar más y más fotos. Pasando por la radio para hablar en el programa del periodista Mario Dos Santos.

Luego fuimos a almorzar al hogar de los Gandolfo con su familia.


A partir a las 14 hs con el chofer Manuel rumbo a Comodoro Rivadavia donde tuve la suerte de ver a Andrés Aguilar antes de abordar el avión de Austral hacia Ezeiza.
Solamente me restaba agradecer tanto esfuerzo, cordialidad y buena onda: ha sido otra experiencia no de ajedrez, de vida, muy valiosa.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El recuerdo del gran Bent Larsen

Al hacer esta nota varios recuerdos vienen a mi mente y ellos son retroalimentados por los apuntes que me manda mi profesor Eduardo Biagi, apasionado, conmovido por lo sucedido, ya que él lo conocía y aparte eran casi vecinos en la zona norte del Gran Buenos Aires.
El día jueves 9 de septiembre los ajedrecistas del mundo recibimos una pésima noticia: en Buenos Aires murió Bent Larsen.
Este genio de los trebejos había nacido en Thisted, Dinamarca, el 4 de marzo de 1935, curiosamente doce días antes del fallecimiento de su ídolo y referente ajedrecístico Aaron Nimwowitsch (uno de los creadores del Hipermodernismo).
Su legado ajedrecístico fue enorme pero, para citar solamente algunos hitos, puedo decir que ganó ¡tres interzonales! (Amsterdam 1964, Sousse 1967 y Manila 1976) y que en el segundo magistral de clarín en 1979 hizo la friolera de 11/13 aparte de volver a repetir su victoria en 1980.
Sus notas eran colosales por la originilidad la cual, sumada a su sabiduría, hacían de sus textos un cita obligada para todo amante del juego ciencia.
Simpático, locuaz, capaz de hablar en varios idiomas, fue un embajador del ajedrez por el mundo.
Prometo en mi próxima nota hablar más de él y de mi encuentro cuando yo era niño en su casa de Martínez.
Mis respetos, mi sentido homenaje a este gran hombre, un verdadero gran maestro.



martes, 29 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio VIII y final

8) Experiencias en los finales (by GM Fernando Peralta)

Se estila estudiar menos finales porque la recompensa que brindan es menor a la preparación en las otras fases del juego. Tanto Fernando como yo creemos que eso es falso ya que con los ritmos abreviados de juego y el cansancio que genera una partida tras un par de horas de juego torna imprescindible una muy buena preparación en finales ya que se deben tomar decisiones generalmente con muy poco tiempo.
Como resalta Yusupov estudiar finales permite juzgar más fácilmente la posición, comprender el potencial de las piezas y la interacción entre ellas.
Hay que estudiar técnica y teoría de finales. Existen reglas y métodos de juego comunes que deben ser aprendidos para desempeñarse con dignidad en la última etapa de la partida.
Analizar profundamente finales difíciles es un muy buen ejercicio para progresar en este aspecto.
Reflexionar sobre finales tiene dos dificultades añadidas: a) en esta fase del juego hay obrar pocas piezas sobre el tablero y entonces hay que "hacer mucho con muy poco"; b) aquí las valoraciones aproximadas (+= por ejemplo) no sirven ya que uno quiere entender si el final se gana, se empata o se pierde. En síntesis: estamos obligados a ser profundos.
Sin dudas el análisis en finales precisa tener como horizonte una posición teórica que queremos alcanzar o evitar.
Hay finales típicos que merecen ser estudiados y a los cuales se deben adosar nuestros propios pensamientos para reforzar nuestra concepción general.
La gran pregunta cuando tenemos un final inferior es: ¿contraataque o defensa?. Una duda difícil de contestar con una regla general. Creo en lo particular que si su situación luce defendible tras el análisis entonces mejor la construcción de una fortaleza mediante una defensa pasiva pero si la tendencia que arroja el estudio del tablero es declinante será preferible iniciar ya una contragolpe activo. Otra vez el tema de entender la tendencia que ha de tener la posición es clave.
Hay que poner obstáculos en la defensa como lo mismo desde el lado inferior: resistir con el Bloque de las T citado en el capítulo 7.
Es normal que el bando fuerte realice largas maniobras antes de tomar decisiones importantes y hasta repita posiciones. Por su parte el bando débil no se debe desesperar.
Si quien quiere imponer una ventaja o el que desee salvar un final inferior no tiene idea de los finales teóricos entonces no tendrá una posición concreta (meta) a la cual arribar. Nuevamente con ésto Fernando recalca la importancia del estudio de los finales teóricos o exactos como los ha llamado Dvorestky.
Estudiar, analizar, jugarlos y volver a analizar son pasos vitales para mejorar los finales y la recompensa, por pocos juegos que sean, ha de ser muy gratificante.

Conclusiones generales

Hemos dado con mi amigo el Gran Maestro Fernando Peralta dos visiones de varios temas que hacen a la preparación de los jugadores para un torneo puntual pero principalmente para su crecimiento a largo plazo.
Queda claro que se necesita una guía para progresar pero el esfuerzo personal es primordial y las ansias de superación nos empujarán a lograrlo.
Ojalá estas ideas, recomendaciones, experiencias hayan sido y sean de utilidad para cada uno de los generosos lectores de nuestra obra. Muchas gracias a todos.

lunes, 28 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio VII

7) El universo de los finales (by Alejo de Dovitiis)

Se puede tener al final como un objetivo temprano en el juego pero lo normal es que provenga de un complejo o tranquilo medio juego.
También el final puede aparecer tras varias transiciones en el juego que finalmente desembocan en la última etapa de la partida.
Una tercera opción es que la última etapa de la partida aparezca en posiciones muy cerradas de medio juego, de maniobras lentas, donde uno de los bandos maneja ese momento como si se tratara de un final (por ejemplo desplazando su rey hacia el centro o hacia el otro flanco).
Un cuarto caso -habitual con piezas negras- es que se simplifique la posición para morigerar la iniciativa del adversario y buscar en el final la mejor chance práctica para arribar a la igualdad en la posición.
Otra hipótesis de paso al final es el denominado "cambio de ritmo": cuando un jugador tiene ataque, iniciativa y decide pasar el asunto a un final donde tiene otras ventajas que buscará imponer sin que su adversario tengas tantas chances de obtener contrajuego. Es una medida práctica y muchas veces inteligente ya que cambia el sentido de la batalla y exige una nueva postura a ambos contendientes aunque siempre la tiene más difícil quien ha de seguir en la postura defensiva.
Es de mencionar que quien orienta la partida hacia el final debería tener en claro o, por lo menos creerlo, cómo ha de planearlo.
Cuando se posee una gran técnica en finales y un profundo conocimiento de la teoría es más sencillo tomar el camino acertado. Las leyes de la teoría y los principios orientadores de la técnica ayudan mucho a la conducción de una etapa que, por existir pocas piezas sobre el tablero, se vuelve muy compleja.
Suelo decir que en el medio juego cada bando tiene de manera figurada un millón de dólares en recursos ya que hay muchas piezas actuando. En el final cada jugador tiene el equivalente a un dólar y con esos sólo debe arreglárselas. Por tanto, quien sea más sabio o más hábil ha de sacar mucha ventaja en este terreno.
Pasemos a reflexionar sobre una posible división de los finales de partida:
El final temático
Es aquel donde se presenta una estructura de peones típica y maniobras usuales de piezas. Es habitual que se de en variantes simplificadoras de determinadas aperturas (gambito de dama variante del cambio o Carlsbad por caso). En estos supuestos no hay excusa, si es que uno estudia esa línea de apertura, para no conocer los secretos de estos finales ya que forman parte de la naturaleza misma de ese esquema de juego.
El final sin patrones
Son situaciones atípicas, sin estructuras reconocidas y que deben ser descubiertos por el jugador en el tablero. Acá se ve la mano técnica del ajedrecista y sale a la luz su pensamiento esquemático (un ítem de suma relevancia en los finales).
Si el final presenta agudezas tácticas ha de ser imprescindible el cálculo concreto y el pensamiento profiláctico que intente reducir o evitar el contrajuego enemigo.
Aunque no existan patrones, en mayor o menor medida, jamás podrán dejarse totalmente de lado a los principios técnicos (por ejemplo: en el 95% de los casos los reyes deben activarse usualmente yendo hacia el centro del tablero).
El final con patrones falsos
Se trata de casos muy traicioneros donde lo normalmente bueno falla. Por eso, aún siguiendo los principios orientadores de la técnica finalística, ha de ser útil pensar si pudiere existir una falla o una mala valoración de lo que está aconteciendo. Es decir pensar sin preconceptos y buscando obtener una valoración rigurosa más allá de todo lo que nos puede servir para orientarnos en el manejo del final. Lo que los diferencia de los finales sin patrones es que aquí parece haber un camino correcto al alcance de la mano el cual termina siendo falso.
Los finales teóricos
La teoría ha estudiado determinados finales donde existen métodos tácticos para ganar posiciones superiores o en otros casos entablar posiciones inferiores. Esas secuencias lineales deben ser entendidas más que memorizadas para que la secuencia de movidas surja de la razón y que la memoria se base en la primera.
Hay que estudiar, entender y luego aplicar las leyes en los finales típicos.
En definitiva, tras estudiar y comprender habrá que transformar -como diría Rowson- el conocimiento en habilidad para ejecutarlo de manera perfecta. Para ello ha de servir jugar el final varias veces y con ambos colores.
En los finales atípicos ha de prevalecer el análisis de los mismos y el extraer ideas y maniobras para futuras ocasiones.
Mi experiencia en los finales me han llevado a esgrimir un esquema con tres puntos esenciales en la conducción de esta fase de la partida: el Bloque de las T.
1) Técnica: Se precisa conducir los finales con prolijidad y con pensamiento esquemático para poder tener suceso en el final del juego.
2) Tenacidad: Es un ingrediente foráneo al ajedrez que potencia todos los recursos técnicos y teóricos que se pueden poseer. Se emparenta con la garra. La tenacidad se pone a prueba en finales inferiores y se debe insistir en su uso para potenciarlo partida a partida.
3) Temple: Otro elemento exterior a los trebejos que se complementa con la tenacidad. Equivale a la paciencia, a la tranquilidad de espíritu que se requiere para conducir tediosos finales (sea para imponerlos o para resistirlos).
Esta trilogía de las T me parece esencial para jugar al menos decorosamente los finales desde el punto de vista práctico. Cualesquiera de los tipos de finales vistos precisa de estos tres elementos. La fe, la confianza aumentan las habilidades técnicas y teóricas que se puedan tener.
Los finales son un gran universo en los cuales nuestro telescopio ha de poder encontrar siempre un nuevo objeto que analizar.

sábado, 19 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio VI

6) El cálculo de variantes (by GM Fernando Peralta)

En todo proceso de decisión toman parte tres acciones:
a) cálculo de jugadas: se realiza para arribar a una posición que sí nos atrevemos a valorar;
b) la valoración de las posiciones: se lleva a cabo en todas las variantes que analizamos para luego compararlas y elegir la que mejor resultado nos ha dado;
c) las decisiones prácticas: acotan el proceso delimitando por intuición las jugadas a analizar.
El árbol de variantes de Kotov identifica jugadas e ideas candidatas y las analiza por separado. Él fue el primero en abordar seriamente el tema del cálculo de variantes y sistematizarlo.
Fernando explica que en el acto de analizar variantes influyen mucho las decisiones prácticas que delimitan las jugadas que se van a estudiar y las características personales del ajedrecista (por ejemplo: los jugadores que gustan de posiciones agudas comenzarán analizando las variantes agudas antes que las tranquilas).
Las selección de jugadas candidatas debe ser acotada ya que en teoría deberían identificarse en todas las posiciones que van surgiendo del análisis. En este paso es de vital importancia -y muy difícil de realizar- poder "podar el árbol" para que no se torne inmenso. Puede suceder que del análisis de las candidatas surja una nueva movida merecedora de entrar en semejante status, en ese caso, hay que redefinir los objetivos trazados en la valoración inicial, e incluirla en el proceso de pensamiento.
La cuestión es ¿qué rama podar primero?. Si un ajedrecista tiene una excelsa intuición posicional entonces le convendría comenzar el análisis por la movida que a priori considera la mejor. Si se autoevalúa como que esa capacidad no la tiene bien desarrollado la conviene empezar a analizar por la variantes más sencillas o las forzadas. Nuevamente acá se muestra lo primordial de conocer los puntos fuertes y débiles de uno mismo para ver que camino tomar al inicio del cálculo de variantes.
Por último Peralta resalta que sería aconsejable echar un vistazo superficial de dos o tres jugadas de profundidad a todas las jugadas candidatas para evitar perder tiempo en aquellas que no merecen la pena una mayor profundidad y sí dársela a aquellas que ciertamente lo merecen.
Me permito agregar dos consejos de Aagaard en su brillante libro Maestría en el cálculo:
1) Aprenda a mirar más y mejor el tablero antes de calcular para encontrar nuevas jugadas e ideas.
2) Solamente calcule en profundidad cuando la valoración de la posición así se lo pida.
En este inmenso e inagotable universo del cálculo mejorar nuestra performance será una señal contundente de nuestro progreso en el juego global.

jueves, 17 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio V

5) La conexión de la apertura con el medio juego y el final (by Alejo de Dovitiis)

La decisión de ingresar de manera temprana al final de partida puede ser una decisión psicológica (evitar complicaciones, eludir riesgos frente a un agudo adversario) o una medida práctica (transformar la ventaja o impedir un furioso ataque y buscar una mejor defensa en el final).
Hay aperturas donde dirigirse directo al final va con su naturaleza, en otros casos, se tratará de una meta personal del jugador.
Es normal que las negras busquen ingresar a un final aunque sea levemente inferior para morigerar la iniciativa que las blancas pudieren obtener en la apertura pero también puede acontecer que sea el blanco el que quiera "cambiar todo" para entrar a un temprano final donde apueste por su mejor técnica en la conducción de los finales.
Jugar a igualar primero con negras y después intentar el camino de la victoria sería como jugar a ganar en dos tiempos.
Mi experiencia personal me demuestra que es bueno meterse en finales y poner a prueba nuestra técnica para mejorarla, más allá del estudio de los grandes técnicos en finales, ya que la práctica hace mucho a la conducción de estos finales donde no hay una teoría, sino principios orientadores.
Ver y analizar la partida de ajedrez como un todo integrado es algo ideal que no siempre se puede conseguir, pero al menos tenerlo presente, es una buen plan de juego buscando la victoria aunque las sucesivas simplificaciones parezcan encaminar la batalla hacia las tablas.

martes, 15 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio IV

4) Las aperturas (By GM Fernando Peralta)
Las bases de datos aceleran el estudio de las aperturas pero no basta con la utilización de ellas solas.
Hay que buscar jugadores modelos y ordenar las variantes a estudiar de manera cronológica para ver su evolución en el tiempo y el por qué ciertas jugadas se han dejado de utilizar y otras al contrario han cobrado vigencia. Si un esquema ha caído en desuso se debe analizarlo para ver cuál ha sido la razón de tal hecho ¿moda o refutación? De todas formas el trabajo analítico siempre sirve aunque pueda ser que esa variante no se pueda implementar dada su peligrosidad.
Del análisis de los jugadores modelos con sus juegos ejemplares identifique lo importante: planes típicos, maniobras usuales, cambios de piezas favorables e inconvenientes, etc.
Fernando no es partidario de leer muchos libros de aperturas pero advierte que si no conocemos mucho de la variante a jugar pueden ser muy útiles, lo mismo que para identificar los jugadores modelos. Lo que él puntualiza que se deben leer con precaución, ya que puede haber errores o valoraciones que, sin ser equivocadas, no encajen en nuestro estilo.
Tenga mucho cuidado al elegir un orden preciso de movimientos con las transposiciones ya que si fuera transportado a otro esquema el cual estuviere fuera de su conocimiento ya estaría en problemas relevantes desde el comienzo del juego.
Recuerde que el desarrollo no es solamente mover las piezas hacia el centro sino que además queden coordinadas para desarrollar un plan conjunto en el medio juego.
No deje de usar la analogía para aplicar maniobras o ideas: allí reside buena parte de la importancia del estudio. Busque los puntos en común entre ambas posiciones y que diferencias hay entre ambas posiciones.
En aperturas agudas, donde uno debería estar muy bien preparado, sospeche si su rival juega con velocidad y extrema seguridad (más allá que podría estarnos engañando) sea cauto, analice sus amenazas y trate de evitar las máximas complicaciones a menos que su pensamiento lo indique que esa es su mejor chance práctica.
La practicidad a la hora de preparar aperturas y evitar o propiciar ciertos órdenes de movidas es primordial pero por sobre todas las cosas Fernando recalca tener en cuenta el estilo del jugador y el hecho de realizar un estudio pormenorizado de la variante objeto de estudio mediante una base de datos observando de manera cronológica su evolución no sólo en cuanto a resultados de blancas y negras sino también en cuanto a maniobras y cambios de piezas, llegar a eso, sería internarse y empezar a dominar la esencia de esa apertura.

jueves, 10 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio III

3) Pautas para el entrenamiento en las distintas fases del juego
Las fases de la partida de ajedrez se suelen trabajar por separado a menos que se esté analizando una apertura con medios juegos y finales típicos en cuyo caso conviene hacer una labor integrada.
Pasemos a cada una de las etapas del juego:

a) Entrenamiento en la apertura

¿Usted sabe cuál es su estilo de juego? Debería saberlo o aproximarse a ello.
Se puede tener un estilo ambicioso (usando líneas principales en pos de sacar ventaja en la apertura); conformista (sacar las piezas hacia el centro usando líneas tranquilas y empezar la batalla en el medio juego); sólido (buscar un buen desarrollo y una férrea formación de peones utilizando líneas principales de carácter clásico); arriesgado (intentar "matar o morir" jugando líneas muy agudas y temerarias). Podría intentar clasificarse dentro de otros tipos de estilos pero creo que estos cuatro engloban buena parte de la generalidad de estilos en la apertura.
Cuando ya tenga una idea de su estilo o de sus objetivos generales con blancas y con negras (que pueden diferir entre ambos colores) es hora de ponerse a trabajar en las aperturas.
En mi libro Pensar la apertura (Alvarez Castillo editor, 2005) describo un método de estudio de cinco pasos:
1) Breve estudio de las variantes principales (extrayendo de ello los jugadores y partidas modelos).
2) Análisis de planes y tácticas usuales (sacados del estudio de los juegos y jugadores modelos).
3) Profundización de los estudios téoricos (con bases de datos y enciclopedias pero ya teniendo en claro el porqué de muchas jugadas).
4) Práctica en partidas de entrenamiento de los esquemas (para testear las variantes y nuestra adaptación a las mismas)
5) Puesta en juego en un torneo (para cerrar el ciclo de preparación y lanzarse al ruedo).

b) Entremiento en el medio juego
Uno de los mejores métodos es estudiar posiciones, hacer cuadros posicionales con ellas y si se tienen partidas propias con ese tema anexarlas también aunque no hayan sido de gran calidad (para comparar como se ha desempeñado uno en ese tópico y qué debería mejorar). Otro es hacer playing out con las mismas (poner posiciones claves y jugarlas en partidas semirrápidas). Lo vital es ir armando un arsenal de ideas y maniobras y usar la analogía para poder aplicarlas a situaciones similares.

c) Entrenamiento en el final
Se precisa estudiar tanto teoría de finales como técnica. La primera requiere de un estudio razonado y sistematizado por piezas y la segunda aparte de analizar jugadores especialistas en esta modalidad (Smyslov, Karpov, Capablanca, Andersson etc) urge de animarse a probar nuestra técnica en partidas propias para cultivarla y mejorarla.

d) La preparación puntual de la partida
Es vital pero posterior a que usted se haya robustecido en los puntos anteriores.
Las bases de datos son de gran utilidad y agilidad para la búsqueda de información pero usted debe filtrarla y sacar sus propias conclusiones.
Intente sacar una radiografía global del adversario: sus aperturas, su forma de atacar y defender, si tiene o no apremios en el reloj, si duda a la hora de imponer ventajas etc etc. No centre todas sus reflexiones en las aperturas, eso es una parte, pero no la totalidad del reflejo de su contrincante. Además tenga en cuenta la situación particular que ambos viven en el torneo. Si su estudio va dando resultados durante el juego ¡mejor! de lo contrario ¡pare sus antenas y métase más en la partida!



domingo, 6 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio II

Ahora toca el turno de repasar un capítulo hecho por mi amigo Fernando, perdón el GM Fernando Peralta, ni más ni menos.
Siempre admiro -aparte de su nivel ajedrecístico- la rigurosidad en el análisis que posee.
Pasemos a pues a aprender de él:

2) El análisis de las propias partidas (by GM Fernando Peralta)

No se puede medir el grado de mejoría que reporta el análisis de las partidas propias pero todos los expertos coinciden en que hay un grado de progreso producido por tal trabajo.

Rowson dice que durante el juego la objetividad total es imposible y que a ella debería tenderse en el análisis posterior y riguroso de la partida pero Peralta afirma que es muy difícil ser objetivo en la reflexión de las partidas propias no solamente porque es "tu partida" sino porque cuesta separarse de los sentimientos que se tuvieron durante el desarrollo de la misma.
La labor imprescindible de analizar nuestras partidas desarrolla y mejora la capacidad analítica (a eso lo llamo tener opinión propia ante cualquier posición que se deba analizar o jugar).
Lo ideal es estudiar regularmente sus partidas y no dejar que pase el tiempo para que no se pierda la frescura de las ideas, variantes y sensaciones. Pero si no tiene tiempo, dado que tenga un ritmo vertiginoso de torneos, aunque sea anote en su base a la noche antes de dormir las principales variantes del juego, así por lo menos tendrá ya armada la columna vertebral de sus análisis cuando los haga en el futuro. Los módulos de análisis puede ser usados pero tras el trabajo individual, jamás antes, porque lo condicionarían a estudiar solamente las jugadas que prefiere el programa.
Según la posición se torna relevante analizar muchas variantes (posiciones agudas) y en otros casos basta una profunda evaluación con sólo algunas variantes (posiciones tranquilas) para adquirir certezas de lo sucedido.
Trate de tomar nota del tiempo empleado en cada jugada, cada cinco o diez pero puntualizando cuando haya analizado una en particular durante muchos minutos. Y en caso de tener profundas reflexiones piense la causa de las largas meditaciones: ¿no conocía la apertura? ¿lo han sorprendido? ¿no tenía idea de los medio juegos típicos de ese esquema? etc etc. Indagar en esas fallas será una buena forma de llegar al meollo del asunto.
Repasar viejos análisis tiene su utilidad para comparar viejas ideas y pensamientos con los nuevos y ver en que ha progresado uno y que aún sigue estancado.
Peralta dice que existen partidas con posiciones "malignas" donde uno creía estar mejor y jugó más o menos bien pero todo se esfumó tras algunas jugadas. Evidentemente o hubo un error en algún movimiento o la valoración favorable no era tal. En esta hipótesis recomienda comenzar a rever el juego desde un momento avanzado intentando aclarar la valoración para luego ir para atrás y profundizar el análisis. Realmente un consejo muy interesante y digno de ser probado.
Durante la partida realizar análisis muy largos pueden aumentar el margen de error, tras el juego es al revés, intente ser profundo aunque se equivoque.
Haga bases con sus partidas analizadas y cada tanto écheles un repaso para notar si se repiten los mismos tipos de yerros. En ese supuesto ya sabe para donde debe apuntar sus cañones.






sábado, 5 de junio de 2010

Las 2 caras del entrenamiento. Episodio I

Introducción
El objetivo es repasar conceptos centrales del libro que tuve la suerte de escribir con el gran maestro argentino y amigo Fernando Peralta tras su obtención del campeonato argentino del 2006.
Estoy volviendo a estudiar ajedrez y considero a ésta una buena forma de sintetizar ideas fuertes.
Espero que la misión no sea solamente de utilidad para mi sino también para los lectores.
Comencemos con la empresa:

1) Metodología de entrenamiento (by Alejo de Dovitiis)
El ajedrez es un juego científico que contiene aspectos competitivos. Ambas facetas merecen desarrollarse en búsqueda de un progreso personal.
El profesor de ajedrez debe trabajar con mentalidad formativa e inculcarla en sus alumnos mientras que el entrenador realiza sus labores con mentalidad competitiva e irla desarrollando en sus entrenados.
El MI cubano y afamado entrenador Ramón Huertas dice que entrenamiento es el proceso por el cual el jugador genera autoinformación. Esa tarea en la mayoría de las veces requiere de un monitoreo brindado por un coach.
El entrenamiento para ser productivo debe cumplir con los siguientes requisitos:
a) Metódico: tener un método de labores.
b) Regular: trabajar en forma constante y no esporádica.
c) Intensivo: ser cada un día un poco más exigente desde lo cuantitativo.
d) Progresivo: ser cada jornada un poco más duro desde lo cualitativo.

El entrenamiento físico es imprescindible y se divide en cuatro componentes esenciales:
a) Respiración: para hacer fluir mejor la sangre hacia el cerebro y mantener más relajada a la persona.
b)Alimentación: para generar buena energía y facilitar el buen dormir.
c) Ejercicio físico: para relajar todos los músculos del cuerpo y "oxigenar la sangre".
d) Descanso: para recuperar la energía perdida y poder meditar sobre lo ya acontecido.

Aparte de ello debe haber un entrenamiento de la psiquis donde uno se plantee objetivos ambiciosos de progreso que no sean irrealizables además de detectar las fortalezas y debilidades con las que uno carga.
La mentalidad ganadora resulta vital y es un proceder proactivo en pos de la superación personal para obtener mejores resultados. Los grandes de cada deporte tienen una característica: ante momentos decisivos piensan y ejecutan (tienen temores, nervios como todos) pero no dudan ni dejan de tenerse fe.
En momentos claves de un torneo o de una partida se necesitan buenas dosis de tensión (activación positiva de la energía) y de confianza (fe en lo que uno está realizando). Con esos dos elementos se logra la tenacidad y para que ella realmente suceda en nuestro cuerpo y mente se debe amar la batalla y el desafío de la misma por encima del resultado que puede suceder.

miércoles, 2 de junio de 2010

7 Pecados Capitales. Acto VII

7) El pecado de la dispersión

La sensación de no estar controlando los acontecimientos de la partida es denominada por Rowson como dispersión. Ello puede darse por estar divagando, por ser dominado por los nervios o por caer víctima de recuerdos emocionales (ecos).
Lo que sucede es que perdemos el hilo del juego Nunn dice que eso para por llevar a cabo una evaluación imprecisa de una posición a otra. Es como un yerro residual que se comete en un momento pero que tendrá sus consecuencias en movidas posteriores.
La partida de ajedrez es muy tensa y podríamos perder durante parte de su desarrollo las facultades mentales racionales al ser dominadas por las emociones. Eso se denomina secuestros neurales y luego de pasar los jugadores tienden a no recordar lo que ha sucedido. Cuanto más curtidos estén sus nervios en estas lides menos han de acontecer estos episodios.
Ante la inminencia de una emergencia nuestro cerebro toma la riendas por nosotros y decide con lo cual se genera el secuestro neural. El miedo y la ansiedad entran en este aspecto y por ello tienen más probabilidades de darse en partidas de alta carga emotiva (como ser las decisivas). Por tanto: prepárese para lo inesperado. Hay que ir ejercitando la capacidad de mantenerse firmes ante el tablero pero eso no es fácil.
La transferencia de tensión es un rasgo típico de la dispersión ya que las jugadas se derivan de nuestra fragilidad emocional. Cuando la tensión crece el sistema nervioso puede clamar por un alivio y allí se pueden producir las debacles emocionales y por ende ajedrecísticas.
Los apuros de tiempo, aparte de por perfeccionismo, pueden suceder por dispersion.
Los apremios de reloj hacen que nos inclinemos a "viejas certezas" (jaques, capturas, seguridad del rey etc) y apenas vea que esto pasa trate de controlarlo.
Los blitz no se parecen mucho a los apuros de tiempo de partidas pensadas ya que en estas últimas hay acontecimientos anteriores mientras en los pingpones se toman decisiones frescas. Hay que mantener entonces un mínimo de evaluación consciente y buscar solamente ideas que luzcan efectivas en los apuros de tiempo.
Regule la atención en los apuros y solamente busque nuevas jugadas si tiene algo muy tentador, de lo contrario, manténgase en lo analizado y dele para adelante.
No se olvide del oponente: es una etapa muy intersubjetiva de la partida y su rival también le concederá oportunidades producto de no poder profundizar. Con poco tiempo todos somos falibles.
Los extravíos se generan cuando realiza varias movidas que por si mismas son lindas pero en conjunto no sirven de mucho. ¿Qué debo hacer? Debería anteponerse a ¿cómo lo debo hacer? Las pérdidas de atención ocurren cuando uno mira un poco de todo y mucho de nada. Contra ello sirve la planificación y el pensamiento esquemático. Evite caer en estados de pérdida que acontecen cuando tiene la sensación subjetiva de que la partida está cayendo fuera de su percepción.
Para no perder el hilo se le debe dar la misma entidad a nuestras jugadas y planes que a los rivales. Y dentro de esta temática tener presente que no siempre la línea más interesante es la más importante.
Es común que nos extraviemos luego de una secuencia de movidas que no era la esperada. Ante eso se debe ser flexible de pensamiento, tenerse fe y reconcentrarse en el asunto.
Poner su atención sobre temas específicos de la posición, aparte de un abordaje general, puede llevarlo a descubrir nuevas percepciones que en un vistazo genérico no saldrían a la luz.
La evaluación de ciertas posiciones se basa en preferencias inconscientes que provienen de recuerdos emocionales (si me hicieron un jaque mate con la máquina de dama y alfil seré cuidadoso ante esos temas en la próxima oportunidad que se presente). Esos son ecos que van quedando en el cerebro y que puede entorpecer el pensamiento en otro juego o en el mismo en fases posteriores.
La dispersión se origina en una deficiente concentración: es la falta de presencia mental en el aquí y el ahora. Veamos una pistas para combatirla:
Intente ser variado en sus pensamientos: indague en la estructura de peones, en los cambios de piezas (¿cuáles si, cuáles no?) y luego vuelva a calcular con esas ideas renovadas.
Pare de pensar y reconéctese desde el punto de vista de su oponente a ver que cosas nuevas le surgen como relevantes.
Sea equilibrado e identifique cuando debe concentrarse al máximo y cuando ello es innecesario. Si su rival dispone de muchas continuaciones tal vez sea en vano concentrarse a fondo.
Busque "zambullirse y salir" de profundas reflexiones teniendo sus descansos que son imprescindibles para su cerebro y su físico. Tal vez pararse no esté mal, siempre y cuando, tenga el tablero o ideas sobre su juego en su mente.
La concentración es una tarea dura pero posible y cada ser humano percibe cual es el punto o la forma en que mejor la obtiene.






lunes, 31 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto VI

6) El pecado del perfeccionismo
Esta falla radica en pretender encontrar en cada jugada al mejor movimiento. Además se intenta jugar en el estilo del jugador que idealizan.
Rowson se centra en tres aspectos del perfeccionismo:
a) El moralista (que intenta castigar los errores del oponente).
Intentar refutar al rival no es mala idea si hay motivos tácticos o estratégicos para ello mas tener una fijación con ese tipo de castigos suele desviarnos de la dosis de objetividad que deberíamos tener en cada juego.
No busque castigar a su oponente en un juego plagado de yerros como suele ser el ajedrez. Intente superarlo desde una perspectiva intersubjetiva pero no como un maestro que le brinda cátedra.

b) El imitador de crímenes (que trata de emular a otra jugador).
El tema surge cuando se quiere hacer movidas "como Tal o Petrosian" creyendo que ellos jugarían de la forma que nosotros imaginamos. Lo que suele suceder es que hay una evocación de esos fuertes maestros pero no una correlación entre sus jugadas típicas que ellos solían hacer y la posición que tenemos ahora.

c) El ansioso de mermelada (que exige demasiado de la posición).
"Tienes el pan, tienes la mantequilla ¿y quieres la mermelada?" GM Julian Hodgson.
Pedirle más a una posición superior pero aún no ganadora puede significar forzarla y malograrla. Hay que tener mucho cuidado con ello e ir conduciendo y disfrutando la ventaja de a poco, sin querer tener todo ya.

Estos problemas son parte del perfeccionismo pero el principal mal de este pecado son los apuros de tiempo.

Las causas del apuro de tiempo y algunas soluciones
El reloj es parte esencial del juego y no debemos olvidarnos de él.
1) La complejidad de la partida
A mayor complejidad más uso del tiempo pero para que ello no sea grave debe usarse la intuición para la toma de decisiones.
2) Apuros de tiempo deliberados
Se da cuando uno tiene una peor posición y busca quedarse apurado pero ello puede dar resultado solamente si su rival es inexperto o no sabe actuar en este tipo de situaciones. No es recomendable proceder así ya que, si su rival agudiza el juego en medio de su apuro de tiempo, las cosas irán mal para usted.
3) Deficiente preparación teórica Hay que elegir bien y conocer en profundidad las aperturas que jugamos para no caer en problemas de reloj. Trate de limitarse en cuanto al tiempo consumido en las primeras quince o veinte jugadas diría yo (Rowson habla de hacer al menos diez en menos de media hora).
4) Falta de práctica
Cuando nos falta tablero debemos jugar partidas de entrenamiento, blitz con un programa informático duro y/o resolver problemas tácticos para entrar en forma. Aunque según el MI Jonathan Parker caer en apremios de reloj es la mejor forma de curar el desentrenamiento ya que te obliga a jugar en base a capacidad de evaluación y la experiencia. Una idea loca pero atendible.
5) Dudas acerca del análisis
No tema a equivocarse, tenga confianza y no piense por temor a cometer yerros. Libérese de ese temor y juegue sin complejos.
6) Miedo al oponente
No tema al rival ni vea fantasmas. Sepa sus puntos fuertes y débiles y piense que por cada jugada de él habrá una suya para rebatirle.
7) Partida crucial con tensión extra
Intente hacer una visualización previa del combate y prepárese psicológicamente para que el grado de compromiso de la partida. Si las cosas se desarrrollan como las ha pensado mejor y si no una luz roja de alarma le advertirá que debe estar muy atento porque los carriles por los que anda la partida no son los previstos.
8) Pensamientos que consumen tiempo
Hay que mirar para adelante y no perder tiempo con nuestro reloj en marcha sobre que hubiera sucedido si la jugada propia o ajena podría haber sido otra. Hay que analizar la posición actual y ser consciente que eso es lo más constructivo para obtener un buen resultado.
9) Miedo a lo desconocido
Lo que no se conoce crea incertidumbre pero uno debe confiar en su ingenio y en su comprensión global de la posición. Nuevos territorios han de generar otros conocimientos y ese es un buen argumento para no tener temor.
10) Atracción por posiciones complejas
Sumergirse en las complejidades insume tiempo pero en estos casos, aparte de confianza, se debe creer en la intuición a la hora de tomar decisiones.
11) Indecisión general
Recapacite al perder tiempo en vacilaciones con respecto a la necesidad del mismo en instancias posteriores y tal vez más complejas del juego. Busque solucionar los problemas de la posición calculando hasta donde pueda y si ello es imposible base su próxima jugada en la intuición.
12) Excesiva atención al detalle
Los pequeños detalles suman pero no se puede estar atento a todos si ello lleva preciosos minutos del reloj. Sea práctico: necesitará esos minutos más tarde en posiciones donde la precisión será una necesidad.
13) Provisión de excusas
El apuro de tiempo no debería ser una excusa y no hay que apiadarse de uno mismo por ello ya que no es una buena actitud humana ni competitiva.
14) Paseos al exterior
No camine mucho, levántese poco y busque adivinar cuando ha de pensar bastante su adversario. Hay que esforzarse más ante el tablero.
15) Reflexiones profundas
Pensar mucho tiempo suele llevar a la confusión más que a mayor profundidad. Edward de Bono dice que hay una naturaleza unitaria de la atención, por ende, si se estudian varias jugadas o ideas en simultáneo una sola tendrá preponderancia en nuestra mente y las otras se alinearán detrás de ella o solamente servirán de estorbo. Identifique los momentos críticos y ellos busque profundidad ya que son cruciales para el desenlace del juego.
16) Llegar tarde a la partida
Aparte de perder minutos de su reloj implica desconcentrarse respecto al juego en si ya que se piensa en llegar antes que en lo que se va a jugar. Llegando temprano o en hora la adrenalina se usa para "meterse en la partida" en el caso de hacerlo tarde se utiliza para pensar en la llegada a la sala de juego.
17) Incapacidad de utilizar debidamente el tiempo del rival
Si se está concentrado se puede aprovechar mientras piensa el adversario para calcular posibles variantes (ante una posición aguda) o futuros planes (ante una situación cerrada). Eso suma entendimiento de la posición y seguridad para afrontar los próximos movimientos.
18) Llamar la atención
No intente llamar la atención con sus apuros de tiempo, busque otras manera si es que necesita "figurar" ante los demás. Desde ya que la partida de ajedrez es una forma de mostrarse pero los apremios de reloj suelen arruinar lo bueno que uno podría producir sobre el tablero.

El pragmatismo es necesario si se quiere obtener mejores resultados (aunque se pierda un poco de creatividad en su juego). En la apertura sea práctica y disimule si se encuentra sorprendido: pensar mucho en las primeras jugadas hace perder preciosos minutos necesarios luego y da una señal de su desorientación ante lo que está pasando.
Ante cambios en la estructura de peones o de piezas debe echar una mirada fresca a la posición y revalorarla; es probable que entonces el pragmatismo deba ser dejado de lado.
La confianza es una prioridad para emprender cualquier empresa y no hay que ser tan exigente con nuestras jugadas. Se debe confiar en ellas y en nuestro entendimiento global del ajedrez. La confianza propia se base en que uno es consciente de que cometerá errores pero, pese a ellos, habrá de realizar una buena partida.
Cuando las dudas y la falta de fe nos aquejan mucho entonces pueden transformarse en especies de emociones negativas que manchen nuestro nivel ajedrecístico. Si las emociones que desata una intensa partida lo están haciendo perder la cabeza, busque de levantarse o tomar algo, para volver a centrarse y recuperar la sensibilidad normal ante semejante situación.
No hay persona que no sufra de cierta dosis de perfeccionismo en alguna de sus manifestaciones pero lo clave es analizarlo e intentar no repetirlo.
La confianza empuja a todo, por ello, hay que anteponerla a cualquier otro sentimiento.
Justificar a ambos lados

domingo, 30 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto V

5) El pecado del egoísmo

El ajedrez es una batalla entre mi yo y el yo de mi rival. El egoísmo en ajedrez se percibe cuando no pensamos en las ideas del rival o lo haces pero con una simpleza muy inferior a la profundidad que tenemos para con nuestros planes.
Aunque buscamos la objetividad en nuestras movidas la subjetividad está presente desde el momento mismo que pensamos.
El encontrarnos metido en nuestros planes y metas puede sacarnos visión de lo que pretende realizar el adversario y contra ello se debe luchar en nuestra mente. Durante una partida podemos ser en parte objetivos (y deberíamos serlo en el máximo grado alcanzable) desde una perspectiva inevitablemente subjetiva. Tras el juego, en el riguroso análisis, es allí donde podemos buscar una mayor objetividad en nuestros pensamientos críticos de lo que ha sido la partida de ajedrez.
Reflexionar sobre las ideas rivales y ver como ellas chocan contra nuestra metas es un proceso mental arduo pero muy útil. Solamente no interfiera en los objetivos enemigos cuando vea que ellos serán decididamente favorables a usted.
No se niegue a hacer concesiones a su adversario si la posición lo requiere: sea sensato con usted y con lo que pasa en las sesenta y cuatro casillas (o lo más honesto que pueda).
No pretenda conseguir "todo" con una sola jugada. La adquisición de ventajas son procesos generalmente lentos de ser obtenidos. Desde la perspectiva del bando inferior sepa que si lleva a su oponente a un final largo y difícil ello puede perturbarlo ya que es probable que no tenga la voluntad de imponer un final tedioso (aunque todo ajedrecista debe prepararse para esos trances) y entonces se pueda dar la hipótesis que opte por una variante peor al sólo efecto de esquivar esos inconvenientes. Hay que estar listo para afrontar lo que suceda en el tablero independientemente que me proponga otros objetivos y no se vayan cumpliendo.
Cuando prepare las partidas no trate solamente de saber que aperturas juega su futuro rival sino que además intente descubrir sus gustos y sus fobias: si puede haga un análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) de él.
La intersubjetividad es un concepto excelente donde un jugador, sin dejar de lado su subjetividad ni una parte de la objetividad tiene muy en cuenta la subjetividad del otro. Mikhail Tal fue un experto en la materia ya que "leía" muy bien la psiquis del oponente y ciertas jugadas suyas tenían flaquezas ajedrecísticas pero mucha fortaleza psicológica. Por sobre todas las cosas intentaba impedir que el oponente marcara los designios de la partida y su estilo emprendedor lo llevaba a evitar las líneas tablistas. La intersubjetividad de Tal se notaba en buscar mantener a su rival bajo presión (psicológica, posicional, de tiempo) en todo momento y por ende que nunca se cumpliera la voluntad de su adversario. Ese constante asedio suele culminar con el error de nuestro antagonista.
Cary Utterburg en Dynamics of Chess Psychology se refiere a los sacrificios de piezas psicológicos de Tal enfatizando que la clave de ellos era la responsabilidad existencial que le quitaban a su rival. Dice que en el transcurso normal de las cosas que hacemos somos "existencialmente responsables" y en una partida nos sentimos cocreadores conscientes con nuestro adversario y por tanto responsables de su resultado final. Las entregas de piezas de Tal eran tan extravagantes e impredecibles que producían en el rival un sentimiento de no ser más coautor de ese juego. Intentar ser el dueño de nuestro destino y no regalarle ese privilegio al rival es primordial y desde ya que si se pudiere tomar la potestad sobre el juego adversario estaríamos en el ideal de partida.
Como sentencia Kasparov "la mayor habilidad en ajedrez radica en no permitirle al oponente que te demuestre lo que puede hacer".
La profilaxis o prevención del plan rival se emparenta con la intersubjetividad. La profilaxis puede ser para anticiparse a futuros planes acomodando ya las defensas (estilo Petrosian) o para ser proactivo respecto de la tendencia desfavorable de la posición y cambiar el rumbo de los acontecimientos ahora (estilo Kasparov).
Salvo que mi ideas sean muy fuertes en la posición puntual el mejor plan que podría tener es justamente que mi adversario carezca de una buena idea de juego.
La confianza suma en el ajedrez y la suerte suele acompañar al más tenaz y a quien mejor entiende lo que el otro pretende hacer. Quedarse en que hemos perdido por mala suerte en una manera simplista y pobre de analizar los acontecimientos.
Una dosis normal de miedo ayuda a tener sentido del peligro, pasada esa cantidad se produce la parálisis mental. La intersubjetividad ayuda a pensar que también su rival tiene miedos y que la batalla de ideas que es el ajedrez se plasma sobre un tablero donde ambos contendientes deben luchar contra sus temores e intentar descubrir y aprovechar los miedos del otro lado.
No se identifique con ningún papel en la partida, busque lo mejor de si y no tema ni subestime a su rival.
Jugar al ajedrez es en parte exhibirse pero si busca actuar no dará lo mejor de si en la partida. Trate de ser usted mismo y abstráigase del público presente (trate de entrar "en la zona") para desarrollar su mejor ajedrez.
Hemos visto las diversas facetas del pecado de egoísmo y aunque no podamos evitarlas todas si podemos pensar en ellas y buscar reducirlas para el caso que no se pueda eliminarlas.
Los ex campeones mundiales Lasker y Tal, entre otros, demostraron en sus partidas la gran utilidad de considerar estos factores como parte integrante de la batalla ajedrecística.



miércoles, 19 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto IV

4) El pecado del materialismo

Usar al material como el factor preponderante de valoración por encima del tiempo y la calidad de la posición es una falla que aqueja a la inmensa mayoría de los ajedrecistas. Las tres dimensiones son igualmente importantes.
En cientos de ocasiones se omiten variantes por el sólo hecho de no tener que entregar material o se busca una secuencia donde se recuperen las piezas sacrificadas.
El ajedrez es un sistema complejo y cerrado donde sus reglas son inaplicables fuera de él.
El valor de las piezas no debería medirse en puntos y es muy difícil de ser precisado. El valor conjunto de una posición es a menudo superior al de sus piezas medidas de forma individual. Cuesta hablar de compensación porque ella no se ve, entonces a muchos les cuesta acceder a ella, y además les angustia el tener material de menos y no ver pronto como recuperarlo.


Las computadoras piensan en base a valores numéricos que dan puntuación a distintos elementos de la posición. El ser humano no hace eso en su mente pero si dan preponderancia al recuento del material obrante en el tablero por sobre otros aspectos.

La dama
Es la pieza con mayor movilidad ya que desde el centro controla veintisiete casillas y se distingue por su fragilidad: apenas se la ataca debe huir. Recién a niveles decentes de juego se logra entender que es una pieza que se puede cambiar o pensar en canjearla por otros efectivos.
El peón
Solamente controla dos casillas al mismo tiempo como máximo. A medida que avanza deja más debilidades detrás pero suele crear trastornos en el terreno enemigo. Aunque su personalidad es limitada tiene un potencial enorme con la coronación.
Yo agregaría que la estructura de los peones como un conjunto es el esqueleto de la posición y como tal tiene un valor agregado a la mera individualidad de cada uno de sus integrantes.
El rey
El valor del rey bien se puede considerar inestimable ya que si cae en jaque mate se pierde el juego. Su fuerza se va incrementando a medida que desaparecen piezas del tablero y algunos GMs hablan de él como una pieza de cuatro puntos en el final (mejor que una pieza menor ya que puede encerrar a un caballo o dominar casillas que un alfil no puede mas no puede atravesar toda una columna en una movida como la torre).
El caballo

Es una pieza lenta pero que puede atacar ambos colores de casillas. Desde el centro domina solamente ocho casillas pero curiosamente puede atacar a ocho piezas adversarias sin que lo ataquen a él (a menos que esté amenazando a otro colega). Según el GM holandés Donner se mueve en torno a un círculo y puede saltar pero es la pieza que más despacio recorre el tablero. Otro problema que posee es que no sabe perder un tiempo (al mover deja de atacar las casillas sobre las que lo estaba haciendo).

El alfil. La pareja de alfiles

El alfil domina hasta trece casillas siendo más ágil que el caballo pero careciendo de la ductilidad para jugar por el otro color de casillas. De ello es la fuerza del par de alfiles que juntos pueden dominar hasta veintiséis y se complementan en cuanto a que prevalecen sobre ambos colores de escaques. Rowson habla de la pareja de alfiles como hermanos hermafroditas que juntos son muy poderosos y si se los separa se los debilita: cuando se da un alfil el remanente también pierde fuerza al tener que pelear solo ya que habrá 32 casillas que le serán inaccesibles.
La torre

Domina catorce casillas se halle en cualesquiera de las sesenta y cuatro casillas por lo que la centralización no le suele aportar más poder (cosa que sí hace con el resto de las piezas). Como mueve en línea recta generalmente necesita dos o más movimientos para trasladarse a la mayoría de los escaques. Es una pieza rápida y muy productiva en los finales donde puede cortar el paso al rey adversario o atacar/defender a los peones en su base.

Resumen

Habría que comenzar a ver a las piezas tal que bloques de energía (con un valor relativo, es decir, relacionado con la puntual posición) más que como piezas de madera que tienen un valor absoluto. La capacidad operativa de las piezas hace a su "verdadero" valor. Rowson hace la siguiente ecuación:

E (calidad) = m (material) x c2 (tiempo). La cuarta dimensión (oportunidad) sería la resultante de la ecuación. Esas cuatro dimensiones (una más de las que sugiere Kasparov) están en un pie de igualdad a la hora de evaluar una posición. Lo que hace más trascendente al material es que se transforma en algo tangible y por ende visible a los ojos humanos. Considero que es el más "humano" de los pecados ajedrecísticos e imposible de erradicar por completo.

sábado, 15 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto III

3) El pecado de la avidez
Siguiendo a Deng Ming Dao, Rwoson apunta con gran astucia, que "El mejor luchador no es feroz".
El fantasma del resultado anda rondando nuestras mentes desde antes del juego y lo deberías matar de una buena vez para jugar sin esa carga. Ya sabemos que el ajedrez es un juego donde se pierde o se puede ganar todo en una jugada, pero más allá de ello, deberíamos pensar en el juego más que en el resultado.
La oferta de tablas es un momento del juego, no algo eterno, por ende debemos estar tranquilos pero conscientes que si no aceptamos la partida sigue. Los tres resultados son casi siempre posible aunque el ideal es llevar el juego al terreno de dos resultados: cuando tenemos todo seguro y solo nos queda ganar o a lo sumo entablar.
Dejarse arrastrar por la corriente (estado de autoabandono donde se disfruta de lo que se está haciendo y uno se abstrae de todo lo restante) implica desarrollar el mejor ajedrez ya que uno se despega de todo. Se puede jugar muy bien porque nuestra mente solamente se aboca al objeto que la tiene sumida. Es el estado de ánimo ideal para practicar cualquier deporte.
Jimmy Connors decía que entrenaba para "entrar en la zona" (hacer mentalmente que le desaparecieran el público y las tribunas y solamente le quedara la cancha de tenis).
Según Rowson la corriente se puede alcanzar por medio de gumption (entusiasmo, inclinación, sentido práctico) que posee ciertos niveles. Ella ha de llevar a amar la lucha en sí más allá del resultado: amar la batalla por encima del veredicto final.
Por la avidez o codicia hay tres trampas que pueden suceder en el terreno de la gumption:
a) Espera ganar una partida pero ella está igualada con lo cual siente frustración. Acá se debe tener mucha paciencia y concentración La función más igual significa ir de a poco si se pretende mucho. La tarea será no cometer yerros e inducir al rival a hacerlos.
b) Tiene una partida muy inferior o perdido y no sabe de dónde sacar fuerzas para resistir. Acá se debe aplicar la teoría de la resistencia infinita: pelear hasta las últimas consecuencias. Tenerse fe en vital, crear algún problema al rival también, pensar en que la victoria no es imposible y ofrecerla al rival finales ganados pero muy largos y arduos de llevarlos a cabo.
c) Cuando tienes un posición ganada y solo quieres que tu rival abandone sin más. Se debe pensar en disfrutar de la ventaja y jugar olvidando el ganar.
Sabios consejos pero hay que tener la frialdad de ponerlos en práctica en el fragor de la batalla.


jueves, 13 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto II

2) El pecado de la relajación
Relajarse en términos de Rowson es ser liviano, despreocupado a la hora de percibir los momentos claves y las posiciones críticas. Hay que evaluar bien la posición y la tendencia de la misma (estudiar la foto estática y la película dinámica).
La partida tiene períodos y tendencias cambiantes a las cuales los jugadores deben adecuarse. Hay que mejorar la sensibilidad a las posiciones y a las tendencias pero para ellos debemos ser conscientes de la relevancia de la transformaciones en ajedrez.
Para Rowson hay elementos que indican un momento clave:
a) Signos: La posición presenta sus características peculiares y la variedad de elección de movidas en ese momento es ostensible pero ninguna opción sobresale como positiva.
b) Señales: La última jugada rival o algunas de las últimas no son del todo naturales. Hay que prever las ideas del oponente antes que lleguen a plasmarse sobre el tablero.
c) Sensibilidad: Hay que sentir el contrajuego que se ha detenido de nuestra posición y el potencial del adversario que se empieza a vislumbrar.
d) Sensibilidad/Signo: La tendencia se empieza a revertir y ya no existen jugadas evidentes para nuestro bando.
Todo ésto viene a demostrar la "temporalidad" de las ventajas posicionales y la necesidad de ser precisos al conducir el juego en todo momento pero mucho más en los momentos críticos.
Hay que decidirse a realizar o afrontar las transformaciones como actitud primordial, por encima del cálculo concreto.
La evaluación real de la posición debe incluir lo que sucede y lo que habrá de pasar en el futuro. Se debe aprender a pensar por afuera de los modelos convencionales para encontrar soluciones creativas.
Según Tal las posiciones son igualadas (no se puede escapar a las tablas) o ganadoras (es improbable que no se gane el juego) siendo el resto situaciones donde no debemos especular con las evaluaciones de los símbolos que los libros nos indican y ser muy sensibles a las mismas y sus tendencias futuras. Cuesta creer para el autor que símbolos estáticos puedan ser plenamente útiles para describir factores dinámicos de la posición que dicen estar juzgando (+ - =). Creo en mi caso que son herramientas útiles aunque no expresen toda la realidad que sucede en las sesenta y cuatro casillas.
El ajedrez ha evolucionado y su marcado dinamismo hace que las reglas establecidas sean tenidas en cuenta pero cada posición deba resolverse con soluciones propias que, en muchas casos, exceden a esas leyes.





lunes, 10 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales. Acto I

1) El pecado del pensamiento
El acto de pensar dispara un proceso caótico en nuestro cerebro. Las emociones son parte de cada reflexión que realizamos en todas nuestras acciones.
Los modelos previos que tenemos adquiridos nos ayudan a darle sentido a nuestro proceso de pensamiento a la vez que nos limitan frente a nuevas ideas que pudieren existir. Entonces debemos estudiar e incorporar nuevos modelos y desaprender algunos cuando su rigidez nos limita por completo.
La aplicación de la analogía sirve a la implementación de modelos ya almacenados en nuestra mente mas es muy difícil saber cuando los puntos en común entre la posición que debemos analizar y aquella que traemos a colación son realmente concordantes.
Rowson recomienda pensar menos y sentir más, haciendo un uso constante de la intuición.
La visión de los maestros se destaca en la selectividad de lo que analizan por sobre la cantidad de información disponible en las sesenta y cuatro casillas: no ven mucho más que el aficionado pero sí estudian lo más relevante de la posición que se les plantea ante sus sentidos. Tienen un poder de abstracción de la imagen visual y de evaluación de los elementos importante de la posición muy superior.
El pensamiento tiene un alto contenido emocional y en ciertas ocasiones tenemos un choque de principios en nuestro cerebro: la pelea entre lo que quiero mover (siento) y aquello que creo debería realizar (pienso). Todo pensamiento en ajedrez es evaluativo pero ello no quita su aspecto subjetivo.
Los grandes jugadores siguen el curso de los valores que tienen incorporados (eso con una adición de evaluación y cálculo) como si se dejaran llevar por la corriente de un río. Dentro de ese proceso hay un inconsciente que no para de trabajar, es por ello que, hay jugadas inesperadas que surgen de la "nada" y que uno no cree haberlas visto antes a nivel consciente pero estaban instaladas ya a nivel subconsciente.
Rowson recomienda "hablar con sus piezas" o sea preguntarles como se sienten y hacia donde podrían evolucionar. Es una idea figurada que se relaciona con el principio más objetivo de la pieza peor colocada de Kosikov. Su meta es pensar de manera más flexible y desapegada a los conceptos ya incorporados.
La práctica del golpe de vista y la confección de bosquejos posicionales ayudan a desarrollar la intuición y a tener un arsenal de recursos más extensos a la hora de recurrir a la analogía. Tal vez tenga razón el GM rumano Suba: "En ajedrez, la regla de oro es que, no hay regla de oro".
Ahora ¡cuidado! muchas veces pero no siempre las experiencias pasadas ayudan a resolver las presentes.
Demasiadas cosas se pretenden acaparar apenas uno empieza a pensar y eso es de malabaristas dice Del Bono. Por eso suele reinar la confusión.
Si una jugada te parece correcta y ya la has analizado ¡hazla! No busques más justificaciones o conceptos que refuercen tu parecer.
El humor tiene la capacidad de sorprender, en el ajedrez, se busca lo mismo. Sobre el tablero se quiere tomar por sorpresa al rival, en nuestros pensamientos sorprendernos con nuevas ideas es una hermosa sensación, significa como "salta fuera del sistema" e ir por nuevos caminos. Todo ello nos suele ocasionar sumo placer aparte de orientarnos hacia nuevos progresos.

viernes, 7 de mayo de 2010

7 Pecados Capitales

Introducción
La autoeducación es fundamental para progresar en ajedrez, si uno es su casa no pone el tablero, no hay progreso posible.
En cada juego hemos de pecar pero la clave será tratar de no cometer siempre los mismos yerros. No debemos sentirnos culpables pero sí debemos asumir esa posibilidad como muy probable.
Como señalaba Tarrasch el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a las personas (y agregaría una vez digeridos los sinsabores de derrotas inesperadas o de fallas inexplicables) pero más allá de la alegría que nos inyecta necesitamos meditar sobre nuestra psicología y como influye en la comisión de muchas equivocaciones que cometemos.
La partida de ajedrez es una batalla -como señalaba Lasker- pero lo que es bueno ser consciente de que nosotros estamos y somos parte de esa puja de ideas.
Todo pensamiento genera muchas cosas en nuestra cabeza pero lo que se halla siempre presente es la emoción.
El juego de los trebejos "saca su personalidad" por ello una vez reflejada en las sesenta y cuatro casillas esta obra tratará de ayudarnos a vernos y mejorar internamente. Considerar la personalidad de cada uno y ver como influye para bien y mal en nuestras acciones es de vital relevancia en el camino hacia el progreso en ajedrez y en todos los aspectos de la vida.
El concepto de inteligencia emocional pregonado por Daniel Coleman puede ser muy aplicable al juego ciencia: no es mejor quien más sabe sino quien mejor habilidades tiene y las aplica sobre el tablero.
Cada ser humano tiene hábitos buenos y malos que debemos investigar para potenciarlos en un caso y erradicarlos o al menos morigerarlos en el segundo supuesto. Llegar a hacer eso dentro del ajedrez es una dura tarea pero de una utilidad suprema.
Ojalá yo y cada uno de los que lean estos resúmenes podamos aprender muchas cosas nuevamente del GM escocés Jonathan Rowson.


martes, 4 de mayo de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XX (final)

Un forma de pensar distinta

La idea central del libro del GM escocés Jonathan Rowson es orientarnos hacia un modo de pensar diferente en el ajedrez.
Blancas y negras son dos colores conducidos por cerebros que pujan por hacer prevalecer sus ideas en un tablero de sesenta y cuatro casillas.
La "vitalidad" de la partida, de sus posiciones, nos debe contagiar a la hora de sentarnos a jugar para que -por encima de anhelos, temores, ideas, proyectos, frustraciones y demás sentimientos- tomemos el juego como eso: una batalla de ideas desafiante, emocionante que nos invita a pensar e intentar hacer prevalecer nuestras ideas y planes frente a nuestro ocasional adversario.
Las teorías, las estadísticas, las frases hechas y los "paradigmas ajedrecísticos" deben ser conocidos pero no por ello seguidos al pie de la letra. Nuestro cerebro debe saber leer, escuchar y luego purificar (el ajedrez a través del análisis de partidas con otras personas enseña ese accionar) lo incorporado para procesarlo como nuestro propio pensamiento.
Con obras así a uno le dan ganas de estudiar y realmente eso también es un aporte del autor. Será cuestión de tener siempre este libro a un costado para repasar sus ideas a la hora de implementarlas cada uno a su mejor manera.
Quiero agradecer al creador de Ajedrez para cebras por haberme enseñado tanto y a los lectores porque sus comentarios me seguían dando fuerza para estudiar y escribir estos resúmenes.
Por último invito a cada uno a trazarse objetivos de progreso en el terreno ajedrecístico que sean más bien duros de ser conseguidos pero posibles. Yo iré de a poco puedo volver a los 2400 de elo y luego intentar llegar al título de gran maestro. Se que estoy lejos pero no es imposible. Siento que fracasaría si no lo intento mas no si pruebo y no lo obtengo. Anímense ustedes también.
Saludos cordiales y gracias

Alejo de Dovitiis © 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XIX

Ventajas con negras
Una de ellas son las expectativas blancas de tomar la iniciativa y de ya con ello poder ganar.
Las negras deben jugar sin pensar tanto en el tema de igualar sino ver como se presenta la partida.
El juego de ajedrez no se encuentra en perfecto equilibrio pero si las negras utilizan una defensa flexible podrán afrontar los intentos de las blancas por sacar ventaja.
Las blancas tienen "media jugada más" pero las negras "saben cuál es".
La presión psicológica está mal de lado blanco quien siente la obligación de obtener algo más que la igualdad en la apertura.
El blanco hará los intentos por tomar la iniciativa pero si las negras tienen una estructura de peones elástica y están atentas podrán repeler cada intento de su contrincante.
El GM rumano Suba dice que el muy relevante que se conserve el potencial dinámico en cada jugada y solamente hacer una regresión en este tópico si es a cambio de algún otro beneficio.
En general tendemos a darle mayor realce a la iniciativa que al potencial de una posición y según Rowson eso es una idea equivocada. La iniciativa se ve más que la fuerza oculta de una posición pero creo que ambos sirven de mucho.
Los dos bandos tienen potencial pero el blanco suele tener la iniciativa y el negro mejor información: una jugada más que su rival. Pero no los busque como algo concreto en cada apertura, puede estar ocultos o ser abstractos, mas no deje de tenerlos en cuenta porque hacen a la ecuación final de la apertura.
El gran universo de las aperturas sigue siendo una lucha de variantes, computadoras y estadísticas donde cada uno debe saberse desenvolver y leer la información allí disponible de manera objetiva, racional pero teniendo en cuenta sus gustos e inclinaciones ajedrecísticas.
Debemos mentalizarnos a jugar con mucha fuerza de ambos colores y no temer tanto a lo que dicen los libros si uno llega bien preparado al tablero.

Ajedrez para cebras: Toma XVIII

Las ventajas blancas
Debo aclarar que aunque estos capítulos finales son muy interesantes y originales no se si todos sus conceptos e ideas me cierran.
Yusupov hace una analogía entre tener las blancas y poseer el saque en tenis por las siguientes razones:
1) La posibilidad de un ace. Con blancas se puede pretender atacar de entrada e ir por el punto entero cosa que con negras es mucho más difícil.
2) La intensidad del saque. Las blancas pueden llevar el tipo de partida por sus senderos cosa que a las negras, si se desvían de lo que juegan, les puede resultar fatal.
3) Donde situar la pelota. Las blancas ya con su primer jugada empiezan a decidir el sendero del juego (1 e4; 1 d4 etc.) teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades propias y de su oponente (gracias a las bases de datos). Las negras tiene flexibilidad de elección pero deben cubrir todas las primeras jugadas posibles del blanco (dentro de lo normal).
4) Un segunda oportunidad. Si las negras se equivocan en la apertura la pasarán feo, si lo hacen las blancas, las espera la igualdad o tal vez una leve inferioridad (salvo errores garrafales).
La iniciativa, según el GM rumano Suba, es una ventaja más psicológica que posicional. Transformarla en algo tangible será una cuestión de habilidad del conductor de esas piezas, a decir de Rowson. Yo considero que es algo bastante tangible en la práctica.
El ajedrez de saque y volea pocas veces resulta pero, si tu rival tiene estilo agresivo y va con blancas, habrá que tener cuidado.
Es bastante cierto que si el blanco, a niveles parecidos entre ambos contendientes, juega a tablas de manera sólida se le hace muy duro al negro doblegarlo. Otra de las ventajas blancas que apunta el GM escocés es que las blancas -siempre que exista la chance- deberían repetir aunque sea una vez posiciones para ver que hace el negro. Si el negro sigue por el mismo camino se ha de poder cambiar, si el negro elige otro jugada entonces puede que sus riesgos aumenten y eso vaya a parar al molino de su rival.
Ideas para pensar desde la perspectiva de las blancas pero en condiciones muy ideales ya que la batalla de ajedrez no siempre se presenta tan así. De todas maneras reflexionar sobre ellas es positivo y constructivo tal cual es todo el "idioma Rowson".

viernes, 30 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XVII

Ceteris paribus
Vocablo latino que significa a igualdad de las demás cosas, muy utilizado en economía para realizar análisis de alguna variable en particular, pero al parecer poco aplicable al ajedrez. Es muy poco probable que se puede hacer un análisis de un elemento de la posición disociado del conjunto.
Los resultados estadísticos del color que nos toca usar o frente a nuestro puntual rival no deben presionarnos sino más bien el reto de un nuevo juego debe movilizarnos.
Uno debe jugar acorde a la energía del día siendo consciente de la misma (de allí el tipo de posiciones que se ha de buscar).
Hiperteoría
Desde el punto de vista de Rowson solamente hay tres evaluaciones reales: blancas ganan, lo hacen las negras o tablas. Todo lo demás son aproximaciones a la verdad de la posición. A mi entender esas aproximaciones valen en tanto y en cuanto uno las utilice con criterio propio y no creyendo ciegamente en ellas.
A niveles más altos la preparación teórica brinda diferencias que pueden inclinar el resultado, a niveles medios y bajos la apertura pierde fuerza aunque sigue siendo importante por ser la primera fase del juego.
Las tendencias de las que habla Yermolinsky suelen ser más duras de revertir con negras que con blancas (aunque ello no es absoluto). Lo que sí es clave es que cuando el negro comienza a tener una tendencia dominante el blanco (que juega primero y en teoría tiene la iniciativa) debería darse cuenta inmediatamente mientras que al negro le puede costar más darse cuenta de un camino que comienza a ser adverso en su contra.
A todo nivel se comenten errores (suelen cambiar las magnitudes de ellos) pero lo que hay o puede existir entre un jugador y otro es un abismo entre la teoría (relacionado con los conocimientos) y la práctica (relacionada con las habilidades).
No hay que tener miedo a las valoraciones de los libros si uno entiende la posición mediante estudios hechos con su propio esfuerzo.

martes, 27 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XVI

Jugando a ganar (especialmente con negras)
Hay que tener un estado mental fuerte para, tras neutralizar la iniciativa de las blancas, intentar vencer en la partida.
La técnica no es solamente mover trebejos para incrementar la ventaja en un final: es transformar con confianza y paciencia la posición examinando las variantes esenciales para ello.
La oferta de tablas es una hipótesis donde el bando que ha de seguir debe mantenerse en la objetividad y no rechazarla por mero orgullo. Hay que tener un plan o al menos una jugada decente para continuar insistiendo por el triunfo. La actitud competitiva de jugar a ganar tiene una pregunta ante la posición dada: ¿Cómo hacerlo? Si se tiene el claro el que y el como entonces seguir el juego es lo apropiado.
Suelo apoyar a mis alumnos aún contra los retos de los padres cuando pierden pero solamente hay una cosa que les digo no se puede perdonar: el dejar todo en cada partida. Otro errores son admisibles por lo humanos que somos, pero ese, hay que corregirlo como sea.
Poner todas las energías en cada juego y disfrutar de la batalla por encima del resultado (aunque buscándolo, desde ya) es lo que Rowson denomina capacidad de aguante.
Dice Rowson que hay que tener gumption: elasticidad, resistencia para no rendirse y permanecer fuerte frente a las adversidades para ir en pos del triunfo. La restricción momentánea de la posición es un "volver a empezar" pero no se debe caer en la timidez patológica, ni que el temor a la primera nos haga caer en la segunda.
Busque el potencial de su posición y analícelo como un factor de ventaja a futuro.
La partida puede cambiar de ritmos y deberemos replantearnos los objetivos pero siempre debe haber una motivación acorde a la meta establecida.
Tenga siempre una motivación intrínseca (deseos de jugar bien, disfrutar de la partida, etc.) superior a la extrínseca (plata, premios, etc.).
El ajedrez tiene un alto componente de emoción y la motivación impulsa las emociones positivas que le dan velocidad y ganas al cerebro de producir más y mejor.



lunes, 26 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XV

Las implicancias de la defensa
Cuando estamos en situación de perder la partida el ego sale en defensa de nuestro ser. Se pasa de tener una posición perdida a estar perdido uno mismo.
Mediante un mecanismo inconsciente denominado defensivo del ego se procede a deformar de forma involuntaria la realidad interna como la externa para disminuir el stress y la angustia que la coyuntura nos genera. Estas ideas del psiquiatra de Harvad Valliant son adaptables a la problemática del ajedrez.
Cualesquiera de estos elementos como son el sujeto (yo), el objeto (la posición), la idea (variante o plan) y la sensación (evaluación) pueden verse distorsionados por ese mecanismo del subconsciente. Esto significa que el jugador sabe lo que está pasando pero no puede reconocer a nivel consciente la defensa psicológica que está tomando frente a ese estado de las cosas.
Rowson, en un destello de profundidad y brillantez asombrosos, nos quiere decir que para defendernos mejor en una partida necesitamos ser conocedores de esa tendencia de nuestra psiquis de confundir la defensa de nuestra posición con la de nuestro yo.
Salvado este punto tengamos en cuenta que defenderse no es algo en si mismo malo y que se puede realizar dicha tarea con ingenio, habilidad y buscando también el triunfo.
Aquí debo citar por mi parte, como hice en el libro Las dos caras del entrenamiento, que la Tenacidad (con mayúscula dada su relevancia en este tópico) juega un rol vital asociada a la confianza que debemos tener una vez emprendida la labor de luchar por nuestra posición en términos de defensa. Es imposible defenderse correctamente si uno no opone resistencia y tiene verdadera fe en la misma.
Citando a otro autor excepcional como Yermolinsky es menester decir que la defensa ha de cambiar según sea la tendencia del juego:
+=/=+: Una defensa normal basada en cuidar su formación de peones, la seguridad de su rey y buscando el canje de piezas que le conviene habría de bastar para sostener su causa.

+/- o -/+: Aquí su desventaja es clara y es preciso fijarse si la tendencia del juego es declinante o no para definir las medidas a implementarse.

+- o -+: Cuando la desventaja es decisiva no hay riesgo que resulte inválido, todo suma para complicar la victoria adversaria. Alterar el curso normal de los acontecimientos siempre será bueno.

Sentencia Rowson que cuando uno se defiende necesita jugar con los miedos del oponente, temores que han de crecer a medida que lo haga su supremacía (cuanto más cerca estamos del triunfo más se tiene para perder y por ende hay más presión psicológica).
La fe en la posición y la tenacidad que se puedan volcar en el tablero asemejan al brazo de un pulseador en problemas que resiste sabiendo que, si lograra aguantar, el desánimo y la ansiedad de su rival podrían invertir los papeles de la pulseada en su favor.

domingo, 25 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma XIV

Hacer y ser
En algunas posiciones hacer es ir para peor, ser (sin hacer nada en concreto) puede ser más edificante. Hay que permitirle al oponente cometer errores y jamás ayudarlo a jugar bien.
Para los occidentales debo hacer mucho para que el mundo cambie, para los taoístas, no hace falta hacer demasiado para ello: lo relevante es provocar un cambio evolutivo con un esfuerzo mínimo.
El concepto del Yin-Yang concibe al mundo como dos partes de expresiones de la misma energía cósmica:
Yin: adaptación de la energía, dejar que las cosas sucedan. Parte reactiva.
Yang: aspectos creativos, hacer cosas, Parte proactiva.
Los ajedrecistas debe hacer o no hacer en algunas oportunidades. Esa proactividad natural puede fallar.
El concepto Wu-Wei se orienta, en el mismo sentido, a "nada a favor de la corriente": permitir el curso natural de las cosas una vez que se las ha entendido.
En la partida de ajedrez, por ende, no siempre hay que accionar, muchas veces basta con mantener: ser y luego el curso de los acontecimientos decantará en una victoria.
¿Filosofía oriental aplicable al ajedrez? No lo se realmente pero una muy buena línea de pensamiento sobre como pensamos frente al tablero.
"Mantenerse en los bordes de la autopista" o llevar la posición controlada sin cambios bruscos de velocidad (cuando ya tenemos ventaja adquirida) es una interesante forma de intentar imponer la supremacía.