martes, 20 de abril de 2010

Ajedrez para cebras: Toma X

Planificar con lápiz y jugar con pluma
Es tan simple como genial la frase que un participante le dijo a otro en una sesión de simultáneas de Korchnoi:
-"¿Qué fue lo que falló en tu plan?"
-"¡Que él no lo siguió!"
La historia de la partida es narrada y construida por tres: yo, el y la posición.
Si el plan no es adaptable a los objetivos del rival o al cambio de piezas o de la estructura de peones estamos en un barco a la deriva.
Es muy bueno el título de Rowson ya que permanentemente necesitamos "borrar" en la hoja de ruta trazada y al ejecutar el plan debemos ser lo más finos posible.
Las ideas congregan jugadas y descartar la segundas no implica echar a la basura las primeras. Las circunstancias pueden cambiar y lo malo trasnformarse en positivo para nuestros intereses.
Cuando piense en buenos planes para usted o su oponente vea su factibilidad en relación a las movidas propias/rivales. Hay estrategias fabulosas pero irrealizables. Solamente en posiciones muy cerradas (y no siempre) se puede planificar a futuro contando con el otro bando no ha poder impedir esa construcción.
Por último, tener el control de la partida puede ser algo circunstancial o efímero, por ende esté preparado para "cambios de mando" y busque mantener el control del juego con jugadas preventivas de las ideas adversarias. No hace falta tomar acciones importantes como en el caso de poseer la iniciativa pero aclaro a mi entender: mantener el pulso de una partida no es poca cosa y requiere una concentración inmensa aparte de una justa y permanente buena valoración de la posición.

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